4 palabras, 1 sentimiento.
"¡Joder, que frío hace!"
Así comenzaba un inusual y gélido martes de septiembre de 2024.
Llevaba aproximadamente un mes viviendo y trabajando como cocinero en un hotel/gasthof de un pueblo perdido de montaña, muy cerca de Berna, y hasta ese momento no había experimentado un frío tan abrumador.
Y algo me hacía sospechar que ese septiembre podía ser un mes inusual en Centroeuropa, simplemente tras dirigirme al garaje donde se encontraba la moto para emprender la ruta y sentir ese inmenso frío.
Ese frío no era lo habitual por aquellas frías tierras, si, por mucho que fuese una zona de alta montaña y un país poco habituado a las altas temperaturas. Pero en Septiembre no era normal tener días tan extremos de frío.
Y mis sospechas se esclarecieron cuando traté con personas que vivían en otros países europeos y muy cercanos a Suiza y confirmaban que también estaban teniendo días bastante más fríos de lo habitual.
Y tú te estás preguntando: "¿Y que cojones tiene que ver el frío que hacía en septiembre en Suiza con Lauterbrunnen?". Muy simple, esas jornadas con temperaturas tan bajas me regalaron una panorámica de
Lauterbrunnen ( y de otras zonas, a destacar Grindelwald) que creo que no olvidaré en mi asombrosa y peculiar existencia.
Ya en el camino, en aquellas carreteras de montaña sinuosas y de asfalto húmedo de cojones, se vislumbraban a lo lejos unas montañas nevadas que a nadie dejarían indiferente.
Lo que yo no sabía, es que la zona a la que yo me dirigía, como era grindelwald y lauterbrunnen, también estaría plagada de nieve y me regalarían esos espectaculares paisajes, verlo de cerca ( y en moto) es un jodido espectáculo.
Tampoco sabía que, tras abandonar semejantes preciosidades, acabaría disfrutando como un niño por los lagos que conecta Interlaken, contemplando aquellas montañas nevadas en un gran contraste con aquellos inmensos lagos.
Pero no estoy en este post para hablar de interlaken ni de sus lagos, eso es un tema aparte.
Esto es Lauterbrunnen y sus impresionantes cascadas.
Por desgracia, no pude explorar la zona en profundidad, y mi tiempo allí se limitó a una breve pasada, aunque capturé la mejor escena que pude.
A pesar de que puede considerarse un lugar "pequeño", Lauterbrunnen requiere bastante tiempo para una inmersión completa, debido a la gran cantidad de actividades que ofrece y los impresionantes lugares por descubrir.
Desde el senderismo, con rutas panorámicas como la que conecta Lauterbrunnen con Mürren, hasta disfrutar de impresionantes vistas y cascadas, las posibilidades son infinitas. También puedes visitar las encantadoras aldeas de Mürren y Wengen, accesibles también en teleférico o tren; lanzarte en parapente para sobrevolar el valle; o ascender al famoso "Techo de Europa", el Jungfraujoch.
Por supuesto, una visita a Grindelwald es imprescindible. Pasar por Lauterbrunnen sin detenerse en Grindelwald (o viceversa) debería ser considerado un auténtico delito.
Comentarios
Publicar un comentario